El día que me jubilé me fui a despedir de la maquina, la besé y me fui llorando a casa.
Sigo enamorado de los ferrocarriles..."
David Oscar Pets
90 años, Ferroviario.
Una vez más me encuentro sumergido en la historia, para variar como quien dice, es que cada vez más, este mundo logra atraparme y marcar a fuego mi presente como marcó mi pasado en lapsos que logro recordar, esos días que camino por Haedo, osea diariamente...
Esta vez intentaré que la historia y las vivencias que voy a volcar nos transporten a todos nosotros, a los lectores, a los amantes de los sucesos, curiosos por naturaleza y porque no también a los soñadores, esos que una ves cada tanto sueña y viaja junto a la imaginación atravesando épocas e imágenes que el tiempo nos logro dejar como tesoros inalterables.
Creo que muchos de los lectores que día a día aportamos a esta causa del NO OLVIDO! nos sentimos verdaderamente orgullosos al escuchar historias que en la mayoría de los casos hablan por si solas, así y solo así no olvidaremos lo que tuvimos, nuestro gran patrimonio, nuestra historia que tan olvidada yace entre todos y principalmente no olvidaremos a los responsables que forjaron eso y lo hicieron posible, pucha si serán muchos, muschísima gente comprometida con nuestro país, que incansablemente día a día hicieron grande esta Nación; Hoy al igual que se abandonaron vagones y pueblos a lo largo y ancho del país también se los olvidó a ellos, desterrándolos en muchos casos de lo más importante que tenían y lo que habían querido y cuidado durante años, una estación para un jefe, una maquina para un maquinista... etc etc.
¿Quién no disfruta escuchar a algún familiar que alguna ves tomó algún tren que nosotros no tuvimos la suerte de conocer?
O algún abuelo como en mi caso, viajando en un furgón de cola junto al guarda una noche estrellada desde Alpachiri a Guatraché en plena llanura Pampeana, u otras en alguna vaporera desde Rivera a Darregueira ya que los trenes de carga tenían grandes itinerarios en la época de LA ARGENTINA GRANERO DEL MUNDO, los recuerdos me maravillan, nos maravillan a todos! cuantos trenes de todo tipo nos atravesaban de Norte a Sur y de Este a Oeste, hoy solo podemos darnos el gusto de viajar en lo que nos dejaron, en lo que no se supo aprovechar y en lo que todos desde nuestro lugar queremos recuperar.
Aquí publicaré breves introducciones y relatos de ferroviarios. Estos nos van a dar la posibilidad de entrar un poquito más en este maravilloso mundo. Noten el cariño hacia su trabajo y hacía sus compañeros.
Un Gran ejemplo a seguir y no olvidar...
Esta vez intentaré que la historia y las vivencias que voy a volcar nos transporten a todos nosotros, a los lectores, a los amantes de los sucesos, curiosos por naturaleza y porque no también a los soñadores, esos que una ves cada tanto sueña y viaja junto a la imaginación atravesando épocas e imágenes que el tiempo nos logro dejar como tesoros inalterables.
Creo que muchos de los lectores que día a día aportamos a esta causa del NO OLVIDO! nos sentimos verdaderamente orgullosos al escuchar historias que en la mayoría de los casos hablan por si solas, así y solo así no olvidaremos lo que tuvimos, nuestro gran patrimonio, nuestra historia que tan olvidada yace entre todos y principalmente no olvidaremos a los responsables que forjaron eso y lo hicieron posible, pucha si serán muchos, muschísima gente comprometida con nuestro país, que incansablemente día a día hicieron grande esta Nación; Hoy al igual que se abandonaron vagones y pueblos a lo largo y ancho del país también se los olvidó a ellos, desterrándolos en muchos casos de lo más importante que tenían y lo que habían querido y cuidado durante años, una estación para un jefe, una maquina para un maquinista... etc etc.
¿Quién no disfruta escuchar a algún familiar que alguna ves tomó algún tren que nosotros no tuvimos la suerte de conocer?
O algún abuelo como en mi caso, viajando en un furgón de cola junto al guarda una noche estrellada desde Alpachiri a Guatraché en plena llanura Pampeana, u otras en alguna vaporera desde Rivera a Darregueira ya que los trenes de carga tenían grandes itinerarios en la época de LA ARGENTINA GRANERO DEL MUNDO, los recuerdos me maravillan, nos maravillan a todos! cuantos trenes de todo tipo nos atravesaban de Norte a Sur y de Este a Oeste, hoy solo podemos darnos el gusto de viajar en lo que nos dejaron, en lo que no se supo aprovechar y en lo que todos desde nuestro lugar queremos recuperar.
Aquí publicaré breves introducciones y relatos de ferroviarios. Estos nos van a dar la posibilidad de entrar un poquito más en este maravilloso mundo. Noten el cariño hacia su trabajo y hacía sus compañeros.
Un Gran ejemplo a seguir y no olvidar...
Texto: Facundo Morando.
2 de Octubre de 2008
EL ORGULLO DE SER FERROVIARIO
El Ferroviario tiene clara conciencia de la trascendencia que tuvo el ferrocarril como factor de desarrollo en cada una de las poblaciones por la que pasaba, ya fuera grande o pequeña, y la importancia que cada trabajador ferroviario tenía desde su función como aquí lo detalló algún integrante.
"El que era ferroviario se sentía un tipo importante... El, intimamente se sentía importante porque el ferrocarril era una cosa importante..."
O la incersion en la comunidad que gozaron desde siempre, fue en parte gracias a los servicios que prestaban.
La vida bullía en torno a las estaciones y los talleres, ya que las fábricas se habían instalado en su radio. En la memoria de la gente está el recuerdo del silbato del Tren de carga y también el de las fábricas que de alguna manera pautaban la vida de la comunidad.
"En Haedo, trabábamos lo mínimo 3000 personas. A eso se sumaban los obreros de La Cantábrica. Los días de cobro se formaba a la salida de la fábrica, muy cerca de los talleres ferroviarios, una especie de feria donde se vendía toda clase de cosas... Había plata porque había trabajo."
Existe un orgullo muy grande de pertenecer al ferrocarril, con una alta conciencia de la responsabilidad que implicaba cada función dentro de la empresa. Era un enjambre de trabajadores que conjugaban especialidades, talento y esfuerzo para que el sistema funcionara. Siempre aparecen claramente diferenciados los oficios, resaltandosé la función del maquinista como la más importante de todas
"Mi papá era maquinista, iba de traje y chaleco a trabajar... Tenían muy buenos sueldos, más que los jefes de estación. El maquinista era un señor..."
La posibilidad de ascenso era un factor determinante. Mejorar dentro del escalafón obteniendo así un mejor puesto salarial ara algo posible y eso daba seguridad y la convicción de que con esfuerzo se podía progresar dentro de la empresa.
"Entre como aspirante en el '39 y después llegué a foguista en el '40. Después en el '46 me recibí de maquinista hasta que me jubilé. Anduve del año '39 al '55 en maquina a vapor, y del '55 en adelante con máquinas diesel eléctricas o coches motor fíat... Había que dar muchos exámenes. Tuve que dar un examen cuando me anoté en el ferrocarril, porque tomaban a los hijos de los ferroviarios. Tenían edades entre 18 y 23 años y medio. En el primer examen nos tomaban las cuatro operaciones, un dictado y la caligrafía y la ortografía y también consideraban la presencia de la persona. La revisacion médica era muy exigente: los ojos, el corazón, la altura... Al otro año ya más exigente, había que saber como se armaba una caldera..."
Existia un especial interes por hacer bien el trabajo.
"Los maquinistas venían con el reglamento bajo el brazo, entonces yo tenía que aprender todas las leyes, lo que se podía y lo que no se podía hacer.
A mi me gustaba, entonces hacía todo lo posible por aprender."
Hay un sentimiento de compañerismo que aflora...
Yo no me sentía superior a nadie. pero desde ya que era una categoría ser maquinista, pero para mi eramos todos parejos. Nosotros con los compañeros nos llamábamos socios. Y después cada uno hacía su trabajo y entonces no había problemas."
En ese sentido hay una clara diferenciación entre pasado y presente:
"Antes todos eran ferroviarios. Donde se cruzaban en la calle:¡Hola Compañero! Porque la palabra compañeros era de ferroviario. No había un ferroviario que usted no le dijera compañero. Sino le decia se ofendían... Le faltaba el respeto si no le decía... Todos éramos ferroviarios: el jefe de estación que me veía, el maquinista... ¡Hola compañero! Después del año 90 cuando privatizaron los ferrocarriles, les hicieron un lavado de cerebro y ya no eran más..."
Los beneficios de pertenecer al ferrocarril eran innumerables, era un orgullo que llevaban en lo mas alto de sus conciencias...
"Sabe en que se notaba la importancia del ferrocarril en Haedo?
En que todos tenían su trabajo en el ferrocarril. Los almaceneros les fiaban, se usaba la libreta no había problemas, el ferroviario tenia crédito en todos lados..."
Impulsada por los ingleses, cada linea férrea desde sus comienzos fundó distintos clubes, centros recreativos y sociales donde se producía la integración de los empleados
"Los ingleses tenían la costumbre de que a todo lugar donde no había muchas diversiones, le construían canchas de deportes, de fútbol, de paleta, de tenis y en muchos lados de frontón"
Por otra parte, la empresa proveía de vivienda a muchos de sus trabajadores de acuerdo al oficio que desempeñaran. El testimonio que sigue corresponde a una mujer guardabarrera.
"La casa nos la daba el ferrocarril, no me cobraban alquiler. Era una casa linda, después cuando me casé me hicieron otra pieza y después como era medio chica me hicieron un comedor grande, en el comedor había una cocina económica, entonces yo echaba la leña en el invierno y tenía fuego todo el día si quería..."
Las distintas asociaciones gremiales también integraron a los trabajadores y sus familias...
"Los 20 de junio se festejaban siempre en La Fraternidad. A la mañana un asado para todos... Después a la noche se hacia una fiesta en el Cine COSMOPOLITAN de Haedo, bueno, ahí hacíamos la fiesta... y había baile hasta no se que hora, íbamos con toda la familia..."
El amor a la maquina...
Tanto las estaciones como los poderosos trenes se constituyeron en referentes altamente significativos, no solamente para los ferroviarios, sino para toda la comunidad. Así las locomotoras, símbolos relevantes de la identidad ferroviaria, fueron bautizadas desde siempre con nombres propios, en general femeninos.
La primera llegada al país fue La Porteña, y luego La Argentina.
Ellas, las locomotoras, ruidosas y arrolladoras, admiten ser identificadas en el imaginario ferroviario con el delicado nombre de Jilguero, tordo o Churrinche
El cuidado y la dedicación con que se mantenían máquinas y material rodante es recordado añoranza por los informantes:
"Había que ver con qué cariño y con qué amor cuidaban los detalles, cosa que hoy en día pueden causar gracia. Digamos por ejemplo que en aquella época se premiaba a los depósitos de locomotoras que mejor asistían a las máquinas , se premiaba a la locomotora más limpia..."
Locomotoras, vagones, silbatos, relojes de estación, andenes, herramientas, señales cobran vida y se convierten en objeto de amor y nostalgia.
Así los artefactos cobran vida y son calificados con adjetivos propios de otro tipo de sujeto:
"Eran una cosa hermosa el carbón de piedra" "Eran unas bellezas esos coches, altos así, los asientos... Eran para recostares... Lindos, mullidos" "Cuando siento el silbato me emociono, como cuando mi papá era maquinista y nos saludaba desde la locomotora..."
El "ser ferroviario" constituye un rasgo distintivo respecto a otros trabajadores, tal vez comparable al sentido de pertenencia que los trabajadores gráficos o los docentes han tenido a lo largo de la historia. No existen muchos ejemplos comparables al sentimiento que implica aquello de ser ferroviario. Esto se vincula directamente a lo que conocemos como "familia ferroviaria", que incluía a los compañeros de labor, no solo cotidianos sino a todo aquel que se desempeñara en el ferrocarril aunque fuere a miles de kilometros de distancia.
Fragmentos de la publicación correspondiente a: Graciela Saez.
Directora del Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón.
Artículo: Historia Oral, Ser Ferroviario.
IAHM Revista de Historía Bonaerense, Noviembre 2007, Año XIV. No. 32 Municipio de Morón.
Nota del autor:
Y a todos los ferroviarios orgullosos de pertenecer al ferrocarril y a los que ya no están detras de alguna locomotora pero tengan la posibilidad de leer estas lineas un afectuoso abrazo de alguien que realmente los admira.
Texto Introductorio: Facundo Morando
Articulo de entrevistas: Gabriela Saez
Fotos Históricas: Magazine Rumbo al Sud
Fotos Actuales: Facundo Morando
HAEDO HISTORICO H/H
"El que era ferroviario se sentía un tipo importante... El, intimamente se sentía importante porque el ferrocarril era una cosa importante..."
O la incersion en la comunidad que gozaron desde siempre, fue en parte gracias a los servicios que prestaban.
La vida bullía en torno a las estaciones y los talleres, ya que las fábricas se habían instalado en su radio. En la memoria de la gente está el recuerdo del silbato del Tren de carga y también el de las fábricas que de alguna manera pautaban la vida de la comunidad.
"En Haedo, trabábamos lo mínimo 3000 personas. A eso se sumaban los obreros de La Cantábrica. Los días de cobro se formaba a la salida de la fábrica, muy cerca de los talleres ferroviarios, una especie de feria donde se vendía toda clase de cosas... Había plata porque había trabajo."
Existe un orgullo muy grande de pertenecer al ferrocarril, con una alta conciencia de la responsabilidad que implicaba cada función dentro de la empresa. Era un enjambre de trabajadores que conjugaban especialidades, talento y esfuerzo para que el sistema funcionara. Siempre aparecen claramente diferenciados los oficios, resaltandosé la función del maquinista como la más importante de todas
"Mi papá era maquinista, iba de traje y chaleco a trabajar... Tenían muy buenos sueldos, más que los jefes de estación. El maquinista era un señor..."
ELEGANCIA Y DISTINCIÓN REPRESENTADAS EN ESTA FOTO
LA CAPRIOTTI LUCE IMPECABLE...
FOTO: EXTRACCIÓN MAGAZINE RUMBO AL SUD.
LA CAPRIOTTI LUCE IMPECABLE...
FOTO: EXTRACCIÓN MAGAZINE RUMBO AL SUD.
La posibilidad de ascenso era un factor determinante. Mejorar dentro del escalafón obteniendo así un mejor puesto salarial ara algo posible y eso daba seguridad y la convicción de que con esfuerzo se podía progresar dentro de la empresa.
"Entre como aspirante en el '39 y después llegué a foguista en el '40. Después en el '46 me recibí de maquinista hasta que me jubilé. Anduve del año '39 al '55 en maquina a vapor, y del '55 en adelante con máquinas diesel eléctricas o coches motor fíat... Había que dar muchos exámenes. Tuve que dar un examen cuando me anoté en el ferrocarril, porque tomaban a los hijos de los ferroviarios. Tenían edades entre 18 y 23 años y medio. En el primer examen nos tomaban las cuatro operaciones, un dictado y la caligrafía y la ortografía y también consideraban la presencia de la persona. La revisacion médica era muy exigente: los ojos, el corazón, la altura... Al otro año ya más exigente, había que saber como se armaba una caldera..."
Existia un especial interes por hacer bien el trabajo.
"Los maquinistas venían con el reglamento bajo el brazo, entonces yo tenía que aprender todas las leyes, lo que se podía y lo que no se podía hacer.
A mi me gustaba, entonces hacía todo lo posible por aprender."
Hay un sentimiento de compañerismo que aflora...
Yo no me sentía superior a nadie. pero desde ya que era una categoría ser maquinista, pero para mi eramos todos parejos. Nosotros con los compañeros nos llamábamos socios. Y después cada uno hacía su trabajo y entonces no había problemas."
En ese sentido hay una clara diferenciación entre pasado y presente:
"Antes todos eran ferroviarios. Donde se cruzaban en la calle:¡Hola Compañero! Porque la palabra compañeros era de ferroviario. No había un ferroviario que usted no le dijera compañero. Sino le decia se ofendían... Le faltaba el respeto si no le decía... Todos éramos ferroviarios: el jefe de estación que me veía, el maquinista... ¡Hola compañero! Después del año 90 cuando privatizaron los ferrocarriles, les hicieron un lavado de cerebro y ya no eran más..."
Los beneficios de pertenecer al ferrocarril eran innumerables, era un orgullo que llevaban en lo mas alto de sus conciencias...
"Sabe en que se notaba la importancia del ferrocarril en Haedo?
En que todos tenían su trabajo en el ferrocarril. Los almaceneros les fiaban, se usaba la libreta no había problemas, el ferroviario tenia crédito en todos lados..."
Impulsada por los ingleses, cada linea férrea desde sus comienzos fundó distintos clubes, centros recreativos y sociales donde se producía la integración de los empleados
"Los ingleses tenían la costumbre de que a todo lugar donde no había muchas diversiones, le construían canchas de deportes, de fútbol, de paleta, de tenis y en muchos lados de frontón"
Por otra parte, la empresa proveía de vivienda a muchos de sus trabajadores de acuerdo al oficio que desempeñaran. El testimonio que sigue corresponde a una mujer guardabarrera.
"La casa nos la daba el ferrocarril, no me cobraban alquiler. Era una casa linda, después cuando me casé me hicieron otra pieza y después como era medio chica me hicieron un comedor grande, en el comedor había una cocina económica, entonces yo echaba la leña en el invierno y tenía fuego todo el día si quería..."
Las distintas asociaciones gremiales también integraron a los trabajadores y sus familias...
"Los 20 de junio se festejaban siempre en La Fraternidad. A la mañana un asado para todos... Después a la noche se hacia una fiesta en el Cine COSMOPOLITAN de Haedo, bueno, ahí hacíamos la fiesta... y había baile hasta no se que hora, íbamos con toda la familia..."
El amor a la maquina...
Tanto las estaciones como los poderosos trenes se constituyeron en referentes altamente significativos, no solamente para los ferroviarios, sino para toda la comunidad. Así las locomotoras, símbolos relevantes de la identidad ferroviaria, fueron bautizadas desde siempre con nombres propios, en general femeninos.
La primera llegada al país fue La Porteña, y luego La Argentina.
Ellas, las locomotoras, ruidosas y arrolladoras, admiten ser identificadas en el imaginario ferroviario con el delicado nombre de Jilguero, tordo o Churrinche
El cuidado y la dedicación con que se mantenían máquinas y material rodante es recordado añoranza por los informantes:
"Había que ver con qué cariño y con qué amor cuidaban los detalles, cosa que hoy en día pueden causar gracia. Digamos por ejemplo que en aquella época se premiaba a los depósitos de locomotoras que mejor asistían a las máquinas , se premiaba a la locomotora más limpia..."
Locomotoras, vagones, silbatos, relojes de estación, andenes, herramientas, señales cobran vida y se convierten en objeto de amor y nostalgia.
Así los artefactos cobran vida y son calificados con adjetivos propios de otro tipo de sujeto:
"Eran una cosa hermosa el carbón de piedra" "Eran unas bellezas esos coches, altos así, los asientos... Eran para recostares... Lindos, mullidos" "Cuando siento el silbato me emociono, como cuando mi papá era maquinista y nos saludaba desde la locomotora..."
El "ser ferroviario" constituye un rasgo distintivo respecto a otros trabajadores, tal vez comparable al sentido de pertenencia que los trabajadores gráficos o los docentes han tenido a lo largo de la historia. No existen muchos ejemplos comparables al sentimiento que implica aquello de ser ferroviario. Esto se vincula directamente a lo que conocemos como "familia ferroviaria", que incluía a los compañeros de labor, no solo cotidianos sino a todo aquel que se desempeñara en el ferrocarril aunque fuere a miles de kilometros de distancia.
Fragmentos de la publicación correspondiente a: Graciela Saez.
Directora del Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón.
Artículo: Historia Oral, Ser Ferroviario.
IAHM Revista de Historía Bonaerense, Noviembre 2007, Año XIV. No. 32 Municipio de Morón.
Nota del autor:
Por otra parte voy a dedicarle estos fragmentos a un amigo, Un ferroviario que conocí no hace mucho tiempo, una gran persona por donde se la miré, con una humildad absoluta y gran conocimiento , amor y dedicación al ferrocarril, un claro ejemplo de reponsabilidad carente hoy en día en la mayoria de las personas.
JUAN CARLOS CELONÉ, mecánico de Ferroexpreso Pampeano, apostado actualemte en Base Darregueira, a él le dedico este artíulo, Carlos nos vemos pronto!
JUAN CARLOS CELONÉ, mecánico de Ferroexpreso Pampeano, apostado actualemte en Base Darregueira, a él le dedico este artíulo, Carlos nos vemos pronto!
Y a todos los ferroviarios orgullosos de pertenecer al ferrocarril y a los que ya no están detras de alguna locomotora pero tengan la posibilidad de leer estas lineas un afectuoso abrazo de alguien que realmente los admira.
Texto Introductorio: Facundo Morando
Articulo de entrevistas: Gabriela Saez
Fotos Históricas: Magazine Rumbo al Sud
Fotos Actuales: Facundo Morando
HAEDO HISTORICO H/H
1 comentario:
Facundo, muy buenas las publicaciones de FerroExpreso Pampeano y todo lo demas, que buenas fotos que sacás... ¿en que estacion esta la maquina, en Darragueira o entendi mal?
Te dejo mi fotolog www.fotolog.com/carademantis ahi publique un dibujo que hice de una G-12 Mexicana, vos decime si me salio bien o no...
Y te dejo mi web de trenes
www.travesiasobrerieles.com.ar
Y el blog paralelo a la pagina
travesiasobrerieles.blogspot.com
Podes pasar cuando quieras, sos bienvenido
Y te dejo los mails por si querés mandarnos fotos que sacaste vos:
travesiasobrerieles@yahoo.com.ar
info@travesiasobrerieles.com.ar
Y para que mandes una publicidad o nota si tenes alguna:
publicidad@travesiasobrerieles.com.ar
Ah, y si podes agreganos a favoritos de tu pagina
Un saludo de parte del Staff
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Acordate, soy Iván, el chico de pelo largo y barba con el que hablaste el sabado pasado en el ferroclub acerca de las G-12 mexicanas
Un abrazo
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