Viajar desde la provincia hasta la capital porteña era toda una una aventura, sobre todo porque en la zona local había gran variedad de movimientos, parrillas de cambios grandes, trenes locales, maquinas y sobre todo las formaciones eléctricas con los colores de la zona urbana.
Quedarse toda la noche despierto solo para poder observar la llegada a Olascoaga (aproximadamente 4:10hs ingresaba desde Gral. Pico) y sentir como el tren se estabilizaba al tomar la vía balastada era una experiencia única y todo mientras el pasaje dormía. Los casi quince minutos que tardaba desde Olascoaga hasta bragado eran imperdibles, tierra, panaderos y la calefacción que en días invernales era esencial. GR-12 6630 EN BRAGADO
En Bragado estaba todo listo para los movimientos, recuerdo muy vagamente que en tiempos de inundaciones de la vía a Bahia Blanca del FCGR el "Zapalero" entraba a la zona del Sarmiento vía temperley hasta Haedo (me pongo de pie) y allí dejaba la GT-22 y se acoplaba una GR-12 del Sarmiento, este llevaba el tren por toda la linea hasta la conexion con el Roca en la Pampa, solo la imagen me ha quedado, verlo en Bragado lleno de pasajeros y larguísimo, típico del Roca.
UN TORO EN LA VÍA
Finalizaban las vacaciones de verano y comenzaban las clases, en nosotros era una costumbre pasar la última semana de los meses estivales en Buenos Aires y regresar unos días antes del comienzo del año lectivo. Cuando decidimos regresar, fui con mi viejo a sacar el pasaje, arme el bolso y salí. Para esta fecha tenia 15 años, era el último mes de Ferrocarriles Argentinos, marzo del '93.
Esta ves las cosas comenzaron mal, por una rotura de la locomotora titular demoramos dos horas en estación Once, al llegar a Haedo una señora se descompone, lo que hace demorar aún más el tren y ya teníamos en nuestra cuenta tres horas de retraso. Salimos de Haedo cerca de las 11:00pm, cuando el horario habitual es a las 20:00hs, era Lunes y corrían las dos formaciones juntas, "Toay" y "Gral. Pico".
Al llegar a Suipacha comenzó a llover bastante fuerte y estaba diagramada una maniobra de enganchar un furgon y dos primeras a la formación, lo que sumaría alrededor de 18 coches.
Llegamos a Bragado, en vía segunda había dos GT-22 con esquema NEFA II, una U-13 despejando la vía para que entrara un operativo que venía de Santa Rosa y un vagón de carga que sería acoplado al tren de Toay, por lo que el tiempo era poco y debía hacerse con bastante rapidez. Solo media hora y todo estuvo hecho, esto era gracias a la experiencia de los cambistas.
Nuestro tren estaba conformado por dos PA, dos CT y tres P, más un FU y un vagón de carga; La titular, una GT-22. A todo esto el tren a Toay había partido ya hacía 15 minutos.
Entramos a Olascoaga con un aguacero bastante importante y bajamos la velocidad a 50km/h por precaución hasta María Naon, al parecer había animales en la vía. En el pullman estaba fresco y con la lluvia mucho más, pasaba el tiempo y fui hasta el pasillo, entre el olor gramilla en el pasillo, el sarandeo del tren, la lluvia y demás me fui a recostar y me dormí.
Me despertó el gran sacudón que sentí y me encontré con el tren detenido, camine hacía la puerta y no vi nada, fui hacia el otro extremo y alli clavado y casi apoyado junto a una señal estaba el furgón, flor de susto no llevamos...
El furgón resultó ser el más dañado, no solo porque aguantó el peso de los Pullman sino también porque quedó inclinado contra la señal de entrada a la playa. Entre fastidios del pasaje y enojos, estaban todos los empleados de la estación Martinez Hoz más la dupla de maquinistas, los guardas, el inspector, el jefe de vía y Obras de la zona Pico y los catangos, todo esto bajo un llovizna fría y molesta obsservanfo la vía abierta, el cambio destrozado y los durmientos partidos, un gran toro viejo se encontraba justo debajo del fuelle del furgón y el pullman.
Luego de estar varias horas detenidos llegaron los micros para trasladarnos hasta las ciudades respectivas del ramal. Días después el tramo había sido rehabilitado y la municipalidad exigió a los propietarios de los campos anexos a la vía que reforzaron la seguridad de los alambrados para que no escape ningún animal a la vía.
Este fue mi único descarrilo y lo que recuerdo con más claridad fue la amabilidad del personal de F.A y la practicidad de staff de vía y obras para resolver el problema, la remoción del furgón previo recambio de rieles.
Martín Vazquez.
Carlos Tejedor; Prov. Buenos Aires.-
Texto: Facundo Morando
Foto Bragado: P.Lacoste
Esta ves las cosas comenzaron mal, por una rotura de la locomotora titular demoramos dos horas en estación Once, al llegar a Haedo una señora se descompone, lo que hace demorar aún más el tren y ya teníamos en nuestra cuenta tres horas de retraso. Salimos de Haedo cerca de las 11:00pm, cuando el horario habitual es a las 20:00hs, era Lunes y corrían las dos formaciones juntas, "Toay" y "Gral. Pico".
Al llegar a Suipacha comenzó a llover bastante fuerte y estaba diagramada una maniobra de enganchar un furgon y dos primeras a la formación, lo que sumaría alrededor de 18 coches.
Llegamos a Bragado, en vía segunda había dos GT-22 con esquema NEFA II, una U-13 despejando la vía para que entrara un operativo que venía de Santa Rosa y un vagón de carga que sería acoplado al tren de Toay, por lo que el tiempo era poco y debía hacerse con bastante rapidez. Solo media hora y todo estuvo hecho, esto era gracias a la experiencia de los cambistas.
Nuestro tren estaba conformado por dos PA, dos CT y tres P, más un FU y un vagón de carga; La titular, una GT-22. A todo esto el tren a Toay había partido ya hacía 15 minutos.
Entramos a Olascoaga con un aguacero bastante importante y bajamos la velocidad a 50km/h por precaución hasta María Naon, al parecer había animales en la vía. En el pullman estaba fresco y con la lluvia mucho más, pasaba el tiempo y fui hasta el pasillo, entre el olor gramilla en el pasillo, el sarandeo del tren, la lluvia y demás me fui a recostar y me dormí.
Me despertó el gran sacudón que sentí y me encontré con el tren detenido, camine hacía la puerta y no vi nada, fui hacia el otro extremo y alli clavado y casi apoyado junto a una señal estaba el furgón, flor de susto no llevamos...
El furgón resultó ser el más dañado, no solo porque aguantó el peso de los Pullman sino también porque quedó inclinado contra la señal de entrada a la playa. Entre fastidios del pasaje y enojos, estaban todos los empleados de la estación Martinez Hoz más la dupla de maquinistas, los guardas, el inspector, el jefe de vía y Obras de la zona Pico y los catangos, todo esto bajo un llovizna fría y molesta obsservanfo la vía abierta, el cambio destrozado y los durmientos partidos, un gran toro viejo se encontraba justo debajo del fuelle del furgón y el pullman.
Luego de estar varias horas detenidos llegaron los micros para trasladarnos hasta las ciudades respectivas del ramal. Días después el tramo había sido rehabilitado y la municipalidad exigió a los propietarios de los campos anexos a la vía que reforzaron la seguridad de los alambrados para que no escape ningún animal a la vía.
Este fue mi único descarrilo y lo que recuerdo con más claridad fue la amabilidad del personal de F.A y la practicidad de staff de vía y obras para resolver el problema, la remoción del furgón previo recambio de rieles.
Martín Vazquez.
Carlos Tejedor; Prov. Buenos Aires.-
¡¡¡Gracias Martín por esta nueva aventura!!!
Texto: Facundo Morando
Foto Bragado: P.Lacoste
Foto Haedo: Facundo Morando
HAEDO HISTÓRICO H/H
No hay comentarios:
Publicar un comentario